miércoles, 27 de abril de 2011

El agua se queda afuera

Claves para ejecutar y reponer aislaciones hidrófugas.

Napa freática


Bajo la superficie de la tierra existen napas de agua que pueden estar muy cerca de la superficie e incluso variar de altura según la época del año o las circunstancias climáticas. Esto representa una variante para las obras que incluyan espacios por debajo de la superficie del terreno, donde ya no se trata de frenar la acción capilar sino directamente una presión que se incrementa conforme a la profundidad, presión que puede alcanzar valores tan importantes que requiera estructuras especiales para su soporte.


Capas aisladoras


Mortero de cemento impermeable (MCI). Cuando la capa aisladora debe permitir la adherencia de otros materiales de albañilería sólo es posible utilizar concreto con hidrófugo (espesor óptimo 1,5 a 2 cm). La mezcla hidrófuga se prepara con una parte de cemento y 2,5 o 3 partes de arena fina (1:2,5 o 1:3), agregándose hidrófugo químico en proporción del 10% del volumen del agua de amasado. No es posible agregar cal para facilitar la trabajabilidad del concreto.


Humedad capilar


El ascenso de la humedad en las paredes se origina por una vinculación directa entre la tierra y la mampostería. Las piedras naturales, ladrillos y bloques fabricados con métodos industriales poseen poros en los cuales la humedad puede ascender. Así, los ladrillos pueden absorber humedad en forma natural, permitiendo que el agua ascienda varios metros, contrarrestando la fuerza de gravedad. La presencia de agua, sales y productos de descomposición orgánicos en la tierra es generalmente mayor que en la mampostería. Por eso, el suelo tiene un potencial eléctrico mayor que la construcción y la naturaleza siempre trata de equilibrar los distintos potenciales.